jueves, 11 de julio de 2013

Adriana

Discúlpame Adriana mía,
por no permanecer contigo,
por las palabras que inoportunamente no encontré,
por estos versos que no entregué.

Pero ¡Nunca! Nunca digas que no te amé,
nunca, digas que el beso que te confié,
fue por puro capricho.
Di que todo lo que dí fue tanto pude, no lo que quise.

Pero te quise, piensa que te quise,
que te quiero
y te querré.

Que el tiempo no fue suficiente, lo sé.
Qué no tuvimos la oportunidad,
de aguantarnos, qué más da...
Pensemos que fuimos el uno para el otro,
en un sólo instante, luego viene el resto...

¿Quién como tú?
Que pudiste encontrarme
sin siquiera buscarme,
ser amada, sin buscarlo.

Porque el deseo y el amor,
son caprichosos
y rara vez van de la manos,
por pura casualidad, como nosotros.

Perdóname Adriana,
por seguir buscándote,
pero ¿Cómo me pides que sea feliz?
Si a tu lado no me hacía falta.

Tómame y olvídame,
pero tómame.
Rómpeme como tú quieras.

Rómpeme el corazón
y te aseguro,
en él no encontrarás nada mas que un espejo,
en él sólo tu imagen.

En este lado del reflejo,
brillan tus ojos taciturnos,
ambos tan oscuros,
que invitan a morir en ellos.

Adriana ¿qué se siente ser amada por un sueño?
Uno tan absurdo,
No trates de entenderlo.
¡Por favor no trates de entenderme!

Porque estoy tan falto de sentido,
como esto que te escribo...
como esto que te escribo,
tan huérfano de madre,
tan huérfano de tí.


Un Pobre Diablo 



1 comentario:

  1. ... Que no tuvimos la oportunidad, de aguantarnos... que mas dá! ... AME esa parte... cuantos amores no pueden nacer, ni la oportunidad de morir... porque al final la mayoría de los amores nacen... para luego poder morir!

    Saludos

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